Como todo en esta vida tiene un porqué, y la Turbas de Cuenca (Patrimonio de la Humanidad) no iban a ser menos.
Cada año, en la madrugada del Viernes Santo coincidiendo con la primera luna llena de la primavera, tres hermandades coinciden en las calles de Cuenca.
Sus orígenes datan de 1916, y su principal misión es simular la burla de la que fue objeto Jesucristo de camino a la cruz.
En conclusión, las turbas son un grupo de personas , tañedores de tambores destemplados y clarines estridentes que hacen batir y sonar, unos con otros, de acuerdo con los ritmos y técnicas transmitidas de padres a hijos y que, con su presencia, contribuyen al mayor brillo de la Semana Santa conquense.
A finales de los años 50 del siglo XX, las clases medias de la ciudad comenzaron a participar, muchas de ellas pensaban hasta entonces que la procesión era denigrante.
Ya en los 70, mucha gente, sin conocer su verdadero significado se sumó a la procesión creyendo que podían hacer lo que quisiera, desde entonces llegaron las masificaciones y la policía para acompañar los pasos.
Desde entonces, miles de personas, muchas visitantes, se reúnen en Cuenca desde la tarde anterior para beber sin control, sobre todo Resoli, la bebida típica de Cuenca, la cual si no se sabe beber con moderación, resulta castigadora para el cuerpo.
Así que el 29 de Marzo de 2002, cuando la procesión trataba de resguardarse de la lluvia en la Iglesia de San Esteban, un grupo de integrantes de las turbas, tiró los palillos a las imágenes, con los que se produjeron peleas, insultos, etc.
Al año siguiente, por dicho motivo la procesión se canceló, como medida de precaución y reflexión.
Los años siguientes se ha tratado de controlar todos los posibles disturbios, y actualmente las Turbas no son tan caóticas como lo habían sido en años anteriores.
Vídeo de todos los pasos que conforman la procesión, con especial atención a San Juan, el cual es bailado y su contoneo resulta espectacular.
Uno de los momentos más álgidos de la procesión es cuando se canta el Miserere, en este momento los turbos dejan de gritar, tocar sus tambores y clarines, y con máximo respeto guardan silencio para que una coral cante el Miserere. A continuación del canto...
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Via El Mundo en Tus Manos